Unos meses más tarde reanudo este diario de abordo para poder contar mis nuevas peripecias en Maribor (Eslovenia).
El viaje de vuelta fue más breve si cabe. Había ganas de llegar a casa. El sueño empezaba a hacer acto de presencia, pero la experiencia había merecido la pena: pasar un día haciendo algo diferente y ver nuestro primer partido de Euroliga en directo -con victoria de tu equipo- no se hace todos los días.
El viaje empezó con cierto retraso respecto a la hora prevista. Como se suponía, por otro lado, puesto que madrugar no nos sienta bien a ninguno. Emprendíamos el viaje Gustavo (el conductor), Fran, Lander, Ángel y un servidor. El trayecto -200kms. aproximadamente- lo cubrimos en una hora y media, entre anécdotas y amenas charlas.
Liubiana nos recibió con un aire gris, entre lluvia y niebla. Este clima se tornó definitivamente en nieve unas horas más tarde. A más de uno le hacía especial ilusión que cuajara la nevada. No están muy acostumbrados a verla por sus dominios. Con semejante panorama, no nos quedó más remedio que protegernos del frío y de la lluvia en un centro comercial. Eran tan sólo la 1 PM, pero teníamos hambre y no había un plan más atractivo que entretenernos comiendo y charlando.
Una vuelta más por el centro comercial de turno y cogimos el coche en dirección al casco histórico de la ciudad. Fue una tarea imposible. Intentamos de todos modos dar un paseo por el centro, pero la nevada era demasiado copiosa. Nos acercamos a las inmediaciones del famoso castillo, pero sin asomarnos más allá. Ni siquiera tuvimos la intención de subir. El tiempo no acompañaba y nos volvimos a refugiar en el coche. Acordamos, eso sí, volver.
La climatología había truncado nuestros planes. Decidimos pasar las horas pevias al partido en el pabellón y a base de cervezas fuimos entrando en calor. 1 hora y media antes nos dejaron acceder al recinto. Al menos dentro hacía calor y la atmósfera era de buen baloncesto. Un pabellón enorme, con capacidad para 12.000 personas. Precioso, la verdad. Será la sede principal del próximo Eurobasket, que se celebrará en el país balcánico en 2013.
En las instalaciones del pabellón |
Después de las pertinentes fotos con la majestuosa instalación y ataviarnos para el partido -nos regalaron en la entrada unas camisetas blancas para apoyar al Union Olimpija-, los jugadores, uno por uno, fueron saliendo a calentar. Los ovacionamos, coreamos sus nombres, y la mayoría nos hizo caso y saludó. La acústica del pabellón era extraordinaria y se nos podía oír perfectamente. El más aclamado fue Juan Carlos Navarro, el MVP del pasado Eurobasket de Lituania. Como anécdota, mencionar que Union, el patrocinador del Olimpija, es una marca de cerveza. No está mal, pero me quedo con la Lasko, sin duda.
El partido no tuvo mayor historia, un tanto descafeinado a raíz de la segunda mitad. El Olimpija de Ljubiana aguantó al cuadro catalán hasta el descanso. Luego, se vino abajo y el Barça tiró de oficio y recursos para irse en el marcador. El crack del partido fue el base del Regal Barça, Marcelinho Huertas. Y a Navarro se le vio solo a cuentagotas. Dejó destellos de su clase con tres triples, pero su equipo nunca necesitó de su mejor versión. El tanteador final refleja un elocuente 64-86.
De izquierda a derecha Lander, Ángel y yo |
El viaje de vuelta fue más breve si cabe. Había ganas de llegar a casa. El sueño empezaba a hacer acto de presencia, pero la experiencia había merecido la pena: pasar un día haciendo algo diferente y ver nuestro primer partido de Euroliga en directo -con victoria de tu equipo- no se hace todos los días.