Los hombres de Scott Brooks evidenciaron ante Philadelphia que la vida sin Westbrook no será llevadera.
Sin Durant no hay paraíso. La afirmación puede resultar familiar a
más de uno, pero es una verdad tan evidente como que el aceite pesa más
que el agua. Hasta que KD no entró en vena Oklahoma pareció un equipo
menor, sin el rango que se le supone, carente de un manual al que acudir
en caso de apuros. Atascados ambos equipos, fueron los Sixers quienes
descorcharon el choque de la mano de su base novato, Michael
Carter-Williams, quien mostró maneras de buen tirador. Ibaka ponía la
réplica en los Thunder, erráticos en este primer cuarto hasta que
apareció Durantula, quien parecía no querer acaparar un excesivo
protagonismo, esperando a que el duelo se volviera trascendente.
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Los suplentes de OKC demostraron que aún están muy verdes |
Un primer cuarto donde el hielo se imponía al fuego. Acciones para el
showtime
que no salían, muñecas encogidas y errores infantiles por ambos bandos.
La gente esperaba sus canastas pero los focos iluminaban a Evan Turner,
el faro de los 76ers en ataque, mientras que los novatos de los
Thunder, lejos de ganarse un hueco en el
roster, evidenciaron
que aún les queda mucho trabajo por delante. En un partido ya de por sí
descafeinado por lo que conlleva un amistoso de pretemporada (muchas
rotaciones, poca motivación y escaso rodaje de ambos equipos), ninguno
de los
rookies se sacó de la chistera un as de bastos con el que impresionar a su entrenador.
Es cierto que
el público en el Reino Unido es poco exigente y la música, la animación, unas cuantas
celebrities (Vieira, Ferdinand, De Gea,
Stojakovic,
Divac o Mutombo) y un tercer cuarto perfecto de Durant fueron más que
suficientes para contentarles; si bien la calidad del encuentro dejó
mucho que desear para el espectador imparcial, y no hablo de eruditos. Y
si encima Kevin Durant (el jugador más reconocible) no está enchufado
cunde el desánimo hasta en los asistentes más noveles y no iniciados.
Aún así, el electrónico reflejaba un 51-48 para los Sixers al descanso,
producto más de las nulas defensas que de las acciones elaboradas y
plásticas.
Durant enseña a los ingleses por qué es un fuera de serie
Debió ser el Gatorade del vestuario lo que insufló energías renovadas
a Durant, quien llevaba 9 puntos a mitad de cuarto. Con un arsenal tan
variado como el público que se dio cita en el
Phones 4u Arena de Manchester,
el 35 de Oklahoma sacó a relucir esos brazos infinitos que le permiten
superar casi a cualquier defensor (Lebron al margen). Fue el momento en
el que el autodenominado mejor jugador del mundo dijo "aquí estoy yo,
británicos". Una exhibición de movimientos, canastas y carácter para
patentar la superioridad que se le presuponía a los Thunder. A falta de 4
minutos para acabar el tercer cuarto, OKC marcaba la máxima diferencia
en el marcador (71-63).
El amo y señor del partido era el tres veces máximo anotador de la NBA
y la voz de los Sixers poco importaba ya. A un partido con poca
historia, el de Washington acabó por quitarle toda la emoción (76-65).
Hasta Ibaka se animó,
contagiado por el acierto de su compañero. 83-74 y partido cerrado.
Durant, con 14 puntos en el cuarto, acababa de sentar cátedra. Los
espectadores admiraron su obra y se rindieron a su elegancia.
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OKC sufrió más de la cuenta cuando Durant se fue al banquillo |
Solo un banquillo con escasa experiencia y sin un referente claro
(sí, siguen echando de menos a James Harden dos años después) podía
arruinarle el partido a OKC. Los Sixers, remando y remando por el río
Medlock, llegaron a puerto (85-85) a 6 minutos para el final.
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Kevin Durant y Spencer Hawes en el discurso previo al partido |
Tuvo que entrar Reggie Jackson (pieza de vital importancia ante la baja de Westbrook) para que
la sorpresa no pasara de un susto (103-99).
Mucho por mejorar para el equipo de Scott Brooks, que transmitió una
imagen de equipo con muchos altibajos, lagunero como el Guadiana y al
que la baja de Westbrook se le puede hacer eterna. Parecen los Thunder
-y su entrenador- no haber aprendido la lección del año pasado en los
playoffs
y solo el empollón de la clase, Kevin Durant, sigue despuntando con sus
calificaciones y dando clases particulares a sus compañeros más
rezagados.
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Kevin Durant en la rueda de prensa posterior al partido |
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Me costó, pero conseguí la foto con KD |
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David de Gea, el portero titular del ManU |
PD: Tuve la ocasión, el día previo al partido, de entrevistar a dos leyendas de esto: Pedja Stojakovic y Vlade Divac. Si pincháis en los links
de sus respectivos nombres, os aparecerán. Fue todo un placer. El trato
fue exquisito y me sentí más periodista que nunca. No todos los días se
está al lado de dos mitos del baloncesto yugoslavo.
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Rodeado de leyendas, Stojakovic y Divac |
Hola, me llamo sagrario, no se si vas a responderme, estoy tan aburrida k me atrevo a escribir unas lineas sin saber ni kien eres. Como estoy aburrida, estoy pensando si donde tu vives, el gasto de calefaccion es tan caro como aki. soy d caceres. Te diria muchas cosas pero pareceria una sesion del psicologo y me dirias chalada, aun asi lo diras
ResponderEliminarOlvida lo k he escrito antes, perdona.
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